Un día antes de mi cumpleaños número trece fui a uno de los mejores lugares del planeta: una librería. Recuerdo que no buscaba nada en parti...

El día que descubrí la Wicca

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Un día antes de mi cumpleaños número trece fui a uno de los mejores lugares del planeta: una librería. Recuerdo que no buscaba nada en particular, sólo miraba los libros. De pronto, mis ojos se toparon con esta portada:




Jóvenes y brujas de Silver RavenWolf

Inmediatamente tomé el libro y leí la contraportada. Pero ¿por qué me emocionó tanto un libro así? Porque desde siempre me ha encantado el tema de la magia, de las brujas, de castillos, rescates, pueblos, búsquedas, etc., así que al ver el libro pensé que era algo de ficción (además, la portada es más adecuada para un libro de ficción). Al terminar de leer la contraportada me di cuenta de que NO era ficción, así que me interesé mucho por el tema y por el libro en sí, pero no lo compré porque al día siguiente era mi cumpleaños y prefería que me lo regalaran.

Y así fue, me lo regalaron. Leer Jóvenes y brujas fue toda una experiencia, pues todo estaba tan explicado, narrado de forma amena y hasta graciosa. Con él descubrí tantas nuevas posibilidades, como por ejemplo, descubrir que en la Wicca no se cree en el diablo. Esto último me pareció maravilloso, ya que yo siempre había pensado que la creencia en ese ser era de lo más raro. 

Pero lo que más me impactó de todo fue la idea de una Diosa. Me sorprendió mucho, debo admitir. Lo que pasa es que cuando se es ignorante en ciertos temas, la impresión de conocerlos conlleva muchas nuevas posibilidades.

No negaré que la emoción y el afán de lo que leí me llevó a montar un altar y a intentar trazar el círculo. Incluso, hice varios rituales y uno que otro "hechizo" (uno de ellos funcionó muy bien), empecé a escribir un Libro de las sombras, compré montones de velas, inciensos, más libros sobre el tema, visité una enorme cantidad de páginas web y me uní a quién sabe cuantos grupos de msn... 

El problema era, y yo lo sabía, que no estaba preparada, me faltaba estudio y además, estaba actuando precipitadamente. También me costaba mucho identificarme, conectarme con la Diosa.

En fin, era una adolescente que se enamoró de lo que leyó en los libros, pero que no era capaz de comprender la verdadera importancia de lo que leía.

A pesar de eso, el descubrimiento de la Wicca cambió mi manera de ver la espiritualidad. A mí me criaron en el catolicismo, me bautizaron y realicé la primera comunión; sin embargo, mis padres no van a misa y nunca me han obligado a hacer nada que yo no quiera.

No recuerdo cuándo recogí el altar y guardé todo en un baúl, pero los libros no los guardé. Los leí. 

Así fue que a los 16 años leí La danza en espiral (The spiral dance) de Starhawk. Un libro que, si bien llega a ser en algunos momentos extremadamente feminista, abrió mi mente a la Diosa y al Dios. Comencé a conectarme tanto con la Diosa que sólo hablaba con ella (no es que estaba alucinando con la Diosa, lo que hacía y hago es como rezar, pero sin una oración aprendida de memoria).  

De esa forma, me sentí cada vez más como parte de ella. Y ¿saben qué? nunca me he decepcionado ni cansado.  

No volví a sacar las cosas del baúl ni continué con el Libro de las sombras porque el conocer a la divinidad, al Dios y a la Diosa, era lo que necesitaba. Seguí leyendo y aprendiendo teoría, pero no practicaba mucho.

En 2010 decidí volver a la práctica, decidí trabajar más con la meditación y la visualización, con los elementos; comencé a escribir un nuevo Libro de las sombras mucho más bonito y con más detalles y con dibujos hechos por mí.

No he logrado el objetivo al 100%, pero mi manera de ver la vida es siempre con  una visión pagana.

De cierta forma aprendí que al conectarme con la divinidad lo demás vendría casi de forma natural, sólo hay que estudiar y practicar. Lo que hacía a los 13 años, aunque era mucha práctica, era sólo una práctica vacía en la que no había una verdadera conexión con los dioses. Ahora, me siento más unida a ellos y estoy comenzando a practicar de una manera muy diferente a como era antes.  

Otra cosa es que me siento identificada con el paganismo porque me lleva a participar activamente, a investigar, a estudiar, a improvisar, a hacer cosas hermosas, a encontrar mi manera propia de hablar o conectarme con los dioses. Además, siempre resulta interesante ver todo lo ya conocido a través de ojos paganos.

Actualmente no me califico como "wiccana", pues hay muchas cosas de esta religión con las que no estoy de acuerdo. Sin embargo, mi base siempre será wiccana, siempre respetaré esa hermosa religión.

Si es necesario que me etiquete, podría decir que soy pagana ecléctica, pues incorporo diferentes aspectos en mis prácticas y creencias.

No seré una experta, pero estoy aprendiendo y haciendo lo mejor que puedo para seguir dando pasos en este camino infinito, que sigue en construcción.



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